Diseño de rúbricas

1. Las rúbricas como instrumento de evaluación

Las rúbricas son instrumentos de valoración que llevan utilizándose ya más de tres décadas, aunque su uso se ha popularizado en los últimos años debido a su fuerte asociación con la evaluación de competencias. Son útiles para evaluar tanto comportamientos observables (exposiciones orales, modo de desenvolverse en la realización de una práctica, participación en un trabajo de equipo, etc.) como producciones o trabajos elaborados (proyectos, preguntas abiertas de desarrollo, resolución de problemas, trabajos escritos, etc.).

Existen numerosas definiciones de rúbrica que tienen en común su identificación con una guía de corrección. Las rúbricas no son los únicos medios posibles para evaluar los aprendizajes, ya que existen alternativas como son las escalas de valoración (por ejemplo, las escalas personalizadas) que se describieron en el segundo bloque de este curso. En la actualidad se muestran como el instrumento más completo y adecuado para realizar una verdadera evaluación competencial. Por otro lado, las escalas de valoración pueden interpretarse también como un cierto tipo de rúbrica.

Elementos de una rúbrica:

Cuando en nuestra tarea como docentes realizamos la corrección de una tarea, tenemos en consideración los elementos que deben de estar presentes para obtener una alta calificación. Si la mayoría de elementos están presentes y la forma de estar incorporados en la producción es más bien correcta, entonces otorgaremos una alta valoración o calificación. De la reflexión sobre estos elementos necesarios para lograr una buena calificación, previa a la corrección, surge la elaboración de la rúbrica. Sus elementos principales son:

Indicadores de logro: metas de aprendizaje o niveles criterios de desempeño. Constituidos por los elementos observables que deben estar presentes en la producción del alumnado.

Niveles de logro o desempeño: para establecer estos niveles debe servir de guía la programación didáctica de la asignatura o materia o de la unidad didáctica o tarea que se va a evaluar. Habitualmente se define una escala ordinal para valorarlos y se etiquetan de diversos modos dependiendo de la intención de la evaluación. En general, es suficiente con tres niveles, ya que la descripción de un número mayor suele resultar compleja. Por otro lado, la utilización de un número impar de niveles suele conducir a mayor frecuencia en la elección del que ocupa el lugar central. Por ello, si es posible, se optará por cuatro niveles. Algunos niveles y etiquetas posibles son:

Mal – Regular – Bien –Muy bien

Nivel 1 – Nivel 2 – Nivel 3 – Nivel 4 – Nivel 5

Inicial – Intermedio – Avanzado

Insuficiente – Suficiente – Notable – Sobresaliente (aunque frecuente, por su connotación, esta escala no es muy adecuada para realizar una evaluación competencial)

Descriptores: para cada uno de los criterios de evaluación seleccionados, debe describirse cada uno de los diferentes niveles de consecución. Esta tarea es compleja ya que requiere una definición cualitativa de los diferentes niveles de desempeño y la descomposición de los criterios de evaluación en elementos observables y medibles.

Ponderación: se proporcionará en relación con la programación didáctica teniendo en cuenta, por ejemplo, cuestiones como la importancia del indicador, el tiempo dedicado para desarrollarlo, etc. 

El aspecto general de una rúbrica de evaluación es el siguiente:

Figura 1

Material elaborado por el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE)