Cuando se trata de encontrar algo en Internet, inmediatamente se piensa en Google. No en vano este buscador, desde que fue creado en el año 1998, ha terminado por ensombrecer primero y eliminar después a todos los buscadores de la época.
No obstante, Google no es la única alternativa y cuando lo utilizamos muchas veces tampoco nos aprovechamos de toda su potencia. Un problema asociado a la búsqueda por Internet es la fiabilidad de las fuentes, muchas veces seleccionamos de forma acrítica un texto solo porque habla de aquello que buscábamos, no porque la información que contiene sea especialmente buena o relevante. Esto último lo dejamos a criterio del buscador.
A diferencia de hace unos años, en la actualidad el número de buscadores es bastante limitado, son tres los que tienen mayor relevancia, dos de grandes compañías de datos y software como son Google y Bing (este último de Microsoft) y otro que hace de la privacidad y la seguridad su bandera, nos referimos a DuckDuckGo. Los tres tienen un sistema de búsqueda similar y difieren en determinados servicios o capacidades que proporcionan.
Quien tiene las respuestas, tiene también las preguntas. Debemos realizar un planteamiento ético acerca del buscador que utilizamos. La información que se nos muestra es una gran fuente de poder, ya que se condiciona lo que conocemos. DuckDuckGo está comprometido con la privacidad y la no intromisión en aquello que hace el usuario, lo cual supone un enorme valor añadido. Aunque tiene alguna pequeña carencia, en la mayoría de las búsquedas los resultados son equiparables a Google. Debemos apoyar un Internet éticamente sostenible.
Además de los buscadores citados anteriormente, existen otros buscadores que también ponen el énfasis en la privacidad. Por ejemplo: