El reto

Tras la investigación, contamos con mucha y variada información. Ahora pasamos a un proceso de convergencia, en el que tenemos que valorar la información conseguida en aras a definir qué es lo que realmente queremos abordar. Ese objetivo, consiste en la definición del reto.

¿Cómo definir un reto? Una clave en el proceso emprendedor es definir de forma correcta el reto. El reto se convierte en el norte de nuestras actuaciones posteriores. Si no se define de forma correcta, el trabajo que realicemos no será eficiente, y en última instancia, nos llevará soluciones menos poderosas. Podemos afirmar que la calidad de las soluciones que podamos encontrar está en relación directa con la calidad de la definición del reto que vamos a plantear.

Por ello, un reto debería reunir las siguientes condiciones:

  • Contener necesidades humanas, ya sean explícitas o implícitas.
  • Permitir una gama amplia de soluciones.
  • Tener un grado de dificultad de acuerdo al tiempo disponible para su resolución.

Teniendo en cuenta estas notas, podemos dar una serie de indicaciones para definir un reto:

  • Hacer lista de posibles escenarios.
  • Para cada escenario, hacer lista de posibles personajes.
  • Para cada personaje, hacer lista de posibles problemas.

Tras la aplicación de las indicaciones anteriores, veremos que podemos definir varios retos. La idea es elegir uno de ellos, aquel que el grupo considere el mejor. Pero, ¿Cuál es el mejor? Para ello, podemos dar una serie de pautas para organizarlos entre aquellos más y menos atractivos:

  • Ámbito: un reto es mejor cuántos más usuarios haya para los que diseñar, y cuántos más problemas haya.
  • Gancho: un reto es bueno si es fácil de entender, y queda algo por hacer.
  • Accesibilidad: un reto es mejor cuanto más cerca esté, porque permite el acceso al problema, la observación y la interacción con usuarios.
  • Potencial: un reto es preferible cuando permita diseñar algún producto tangible.
  • Viabilidad: un reto es bueno si tiene tiempo disponible para su realización.

Tras la clasificación de retos, procederemos a elegir uno de ellos. Para ello, necesariamente hay que elegir un "punto de vista" (Point of view, POV). De esta forma podemos reformular el problema, pero ahora:

  • Con un usuario o clientes específicos en los que centrarse,
  • Con necesidades específicas, tanto físicas como emocionales,
  • Con insights o revelaciones obtenidas a partir de la investigación.

En síntesis y como correspondencia a los 3 puntos anteriores, tenemos que:

  • Encontrar a nuestro usuario,
  • Buscar lo que necesita,
  • Y le ofrecerle algo extraordinario.