Bachillerato y formación profesional
Si estamos hablando de estos niveles es porque, en cierto modo, el alumno o alumna ha progresado, ha recibido el apoyo adecuado y ha conseguido no sucumbir a la Educación Secundaria Obligatoria. Sin duda, ya podemos hablar de cierto grado de éxito, aunque todavía queda mucho por hacer. Recordemos que al final del Bachillerato la selectividad puede ser una verdadera prueba de obstáculos para el alumnado con TDAH.
El patrón que venimos describiendo nos hace predecir que los problemas de conducta aquí serán menores y nos enfrentaremos con mayores dificultades de índole académica, si bien es cierto que es en esta edad donde los problemas de conducta se pueden convertir en un problema más que serio. Sin embargo, estas cuestiones no suelen tener implicación en los centros educativos pues el alumnado con comportamientos tremendamente disruptivos y/o violentos ya no se encuentra en las aulas. Esta es la otra cara, la del fracaso.
Ficha
Ámbito académico
Lectura
- El problema sigue siendo la comprensión lectora.
- Ahora nos preocupa también la velocidad, pues la lentitud se convierte en un problema.
- Desmotivación o rechazo a la lectura fuera del contexto escolar.
Escritura
- La persistencia de problemas de ortografía.
- Desorganización de sus textos.
- Ritmo lento de escritura que, en exámenes y toma de apuntes, genera problemas.
- Dificultades con la expresión escrita y desarrollo de textos.
Matemáticas y cálculo
- Baja comprensión de enunciados, que ahora son más complejos; por ejemplo, pensemos en el enunciado de un problema de física.
- Errores y descuidos con los signos que invalidan los resultados.
- Dificultad de abstracción de conceptos matemáticos.
- Errores de cálculo.
- Lentitud en la ejecución de los cálculos.
Imagen de Petaqui, 2009, CC BY-NC-ND 2.0
Ámbito conductual
- Conducta desatenta: de nuevo la clase magistral es el día a día e, incluso toma relevancia, pues se asume que el alumnado es más capaz de seguirla y tomar apuntes. Además, la necesidad de cubrir el temario pone difícil el empleo de otras metodologías. Ante asignaturas en las que se toman apuntes, con mucha probabilidad, el alumnado con TDAH tendrá problemas debido a sus dificultades con la atención dividida y sostenida. Los contenidos procedimentales (ejercicios de física, de matemáticas o el análisis sintáctico por ejemplo), son también muy exigentes en cuanto a la atención y su mantenimiento (atención sostenida). Los problemas en la atención dividida les dificultan llevar a cabo dos tareas simultáneas. La desatención también tiene un reflejo en los exámenes. La dificultad para controlar el tiempo, los déficits de la memoria de trabajo, la comisión de pequeños fallos por desatención y la desorganización mental pueden hacer inútil el estudio y trabajo previo, y lograr así los resultados que realmente se merecen.
- Conducta hiperactiva y falta de control: lo más normal es que la conducta hiperactiva sea menos intensa, aunque no habrá desaparecido por completo, dando lugar a molestias en el aula y posibles incidentes.
- Conducta impulsiva: será la causa de que se cometan errores, el olvido de parte de los ejercicios, la lectura impulsiva e incompleta de enunciados, etc.
- Desorganización y falta de autonomía: este es un campo muy importante, dado su retraso madurativo y las dificultades de sus funciones ejecutivas. Cobra importancia la puesta en práctica de planes sistemáticos de estudio ante las semanas de exámenes y los trabajos con plazos de entrega.
- Problemas graves de conducta: en Bachillerato probablemente no encontraremos dificultades con el comportamiento, dado que normalmente van asociadas al fracaso escolar. Sin embargo, es posible que tengan lugar problemas de conducta en el alumnado que se encuentra realizando estudios de Formación Profesional. En algunos casos, podremos hablar de trastornos graves de la conducta, como el trastorno negativista desafiante y el trastorno disocial. Hablaríamos de problemas con la ley, consumo de sustancias o comisión de otras conductas de riesgo. Es importante prestar atención a los comportamientos autodestructivos de las alumnas.
A lo largo de este epígrafe ha quedado claro que las especiales características de los niños, niñas y jóvenes diagnosticados de TDAH tiene un claro correlato en su realidad educativa. Este perfil va a hacer que, en la mayoría de los casos, el alumnado con TDAH sea demandante de ayuda, tanto fuera como dentro del centro educativo, para hacer frente a su día a día.