De formación de personas usuarias a ALFIN/AMI

La formación de personas usuarias, entendida como instrucción bibliográfica, se viene practicando en las bibliotecas desde el siglo XIX. Pero, en la actualidad, la sociedad de la información precisa una formación que se adapte a los cambios impulsados por la irrupción de las tecnologías y la transformación digital, así como a la proliferación de medios. Es necesaria la adquisición de competencias que nos permitan enfrentarnos al bombardeo constante de información.

Por eso, desde finales del siglo XX se puso el foco en la alfabetización en información o ALFIN, definida por la ALA (American Library Association Committee on Information Literacy) como "la capacidad de comprender y un conjunto de habilidades que capacitan a los individuos para reconocer cuándo se necesita información y poseer la capacidad de localizar, evaluar y utilizar eficazmente la información requerida". Pero quizás, la definición que mejor exprese lo que significa verdaderamente es la del Colegio de Bibliotecarios y Profesionales de la Información británico (CILIP):

Alfabetización informacional es saber cuándo y por qué necesitas información, dónde encontrarla y cómo evaluarla, utilizarla y comunicarla de manera ética.

CILIP

Paralelamente se empezó a ver la necesidad de la alfabetización en medios para capacitar a la ciudadanía para comprender sus funciones, evaluar críticamente los contenidos y a tomar decisiones fundadas como usuaria y productora de información y contenido mediático.

Ambas alfabetizaciones se desarrollaron por separado, junto a otras, como la alfabetización digital, hasta que la UNESCO apostó por reunirlas bajo la denominación de Alfabetización Mediática e Informacional (AMI en castellano, MIL en inglés). La define como un conjunto combinado de competencias necesarias para sobrevivir en el siglo XXI y engloba:

  • la alfabetización en medios (Media Literacy)
  • la alfabetización informacional (Information Literacy)
  • la alfabetización digital (Digital Literacy)

De este modo, la AMI abarca todos los tipos de medios de comunicación y otros proveedores de información como bibliotecas, archivos, museos o Internet.

La nomenclatura está sujeta a debate y en el ámbito español se acepta, en general, aunque siguiendo la pauta del Grupo de Trabajo sobre Alfabetización Informacional del Consejo de Cooperación Bibliotecaria, usaremos ALFIN/AMI. Se mantiene ALFIN por la presencia y visibilidad del mismo entre profesionales del ámbito bibliotecario, aunque en el educativo sea prácticamente desconocido y se hable más de competencia digital, aunque no sea exactamente lo mismo.

Elaboración propia. Alfabetización en medios e información (CC BY-NC-SA)