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¿Pero qué es un relato? ¿Qué es una historia?

Parece ser que todo el mundo sabe lo que es un cuento hasta que se sienta a escribir uno.

Flannery O’Connor


Un cuento no es algo que le pasa a alguien, aunque ese algo sea una experiencia decisiva. No es ni siquiera los sucesos que ocurren en él. El cuento es el relato de un cambio de conciencia. Un cuento cuenta algo que consigue transformar al protagonista. Una experiencia a la que este, y también el lector, tratará de encontrarle un sentido.

Se dice que el ser humano aguanta cuarenta días sin comer, tres días sin agua y unos treinta y cinco segundos sin otorgarle un significado a algo. Somos seres curiosos que queremos saber cómo funcionan las cosas. Las historias estimulan nuestra curiosidad. Ese fue el secreto de Sherezade: conocer el punto débil del rey, su curiosidad, debilidad que compartimos los humanos. Queremos saber de un cuento qué pasó después. Y buscamos la respuesta en el argumento, en la trama, en lo que se escribe con palabras, y también en las imágenes y símbolos que se esconden detrás de estas.

En esta larga experiencia en fabular la humanidad ha ido encontrando la medida exacta de las historias: las estrategias que despiertan la curiosidad, las que atrapan la atención, y las estructuras que permiten dar respuesta a las preguntas que las historias plantean. Hemos ido encontrando las fórmulas con las que construir historias que se ajustaban a nuestras inquietudes, a nuestro modo de entender la realidad.  

No es sencillo: Hay que manejarse con muchos elementos para construir la trama de una historia, y armonizarlos para que produzcan el efecto de unidad que el relato debe tener. Hay que organizar los sucesos de modo que la trama atrape al lector hasta el final. Hay que dotar de significado esos sucesos y llenar de verdad ese mundo que es el relato. Si conseguimos que la historia se sostenga, palpite, estaremos más cerca de la verdadera literatura, la que trasciende a los propios personajes, a los paisajes, a sus historias, a las palabras, para llegar a la esencia de lo humano, a lo universal.

Vídeo: "Verosimilitud"

Podemos empezar con tres herramientas imprescindibles para contar una historia. Necesitamos un personaje, que será el protagonista de los sucesos que el cuento narre. Necesitamos algún tipo de estructura que vertebre la historia, que permita ir distribuyendo la información ordenadamente. A esta estructura podemos llamarla esqueleto. Y, por último, el narrador de la historia, del que dependerá el tono de esta.

Juan Villoro explica en el video el concepto de verosimilitud. Puedes verlo también en https://vimeo.com/309429858/d1478c81ba