La atracción sexual

La atracción, como ya sabes, va más allá de la simple curiosidad. La atracción sexual tiene que ver con el deseo de estar muy cerca de otra persona, de tocarla, de sentir su piel. Tiene que ver también, sobre todo a partir de la adolescencia, con un temblor especial en el cuerpo al percibir la presencia de otra persona.

La atracción sexual puede darse entre personas del mismo sexo o de diferente sexo. Es una sensación que a veces se nos presenta de forma misteriosa, sin que comprendamos bien de dónde viene. Y, aunque nos pueda resultar fascinante, es sólo eso, una atracción que puede ser o no la antesala de otras vivencias.

Fuente: Banco de Imágenes del ITE.

Pero, a menudo, se le da a esta experiencia significados que la desbordan y que afectan al modo de vivirla. Por ejemplo:

  • Un chico puede pensar que sentir atracción hacia una chica le autoriza a invadir su cuerpo tocándole las nalgas o tirando del elástico de su sujetador. Esto es así cuando hacen suya esa idea patriarcal de la que ya hemos hecho mención en otros módulos, de que ‘un hombre no puede contenerse ante el atractivo de una mujer’.
  • Un chico puede avergonzarse por sentirse atraído hacia otro chico, pensando que ‘no es normal’ lo que le pasa y, por ello, decide ocultarlo.
  • Una chica puede sentir la necesidad de resultar atractiva a esa persona por la que se siente atraída. Para ello, se mueve en función de lo que se imagina que es el gusto de esa persona, amoldándose a esa idea y dejando, por tanto, de mostrarse tal cual es.
  • Una chica puede llegar a interpretar que esa atracción que siente hacia un chico determinado significa en realidad que él es el ‘gran amor de su vida’ y no simplemente lo que es: alguien por quien siente atracción.
  • Una chica o un chico puede dejarse arrastrar por la atracción pensando que esta sensación basta para que el encuentro sexual con otra persona sea satisfactorio y, con esa idea, deja de preguntarse por lo qué busca, cuál es su deseo, sus miedos y sus necesidades y, por tanto, deja de ‘estar presente’ en ese encuentro.

Hablar de la atracción con chicos y chicas es tener la garantía de tratar una cuestión que les resulta muy interesante, de crear un espacio para escuchar y hablar sobre las diferentes sensaciones que la atracción hacia otros cuerpos suscita y colocar esa atracción que sienten, o que aún no sienten pero que les llama atención, en ‘su sitio’, es decir, que la entiendan como un pretexto para no violentar ni violentarse, para ejercer un papel que no se corresponde con lo que realmente son o desean, para desdibujar lo que sienten a través de fantasías o mitos.

Para saber más...

Si quieres profundizar en esta cuestión, puedes leer el epígrafe "Hay miradas y miradas" que encontrarás en las págs. 5-8 de la Guía para la prevención de la violencia hacia las mujeres. Revista coeducación. Noviembre 2006. Instituto Andaluz de la Mujer.