Introducción

Lo que se hace en la escuela (en un sentido amplio y genérico del término «escuela», englobando también en él el trabajo que se realiza tanto en la educación infantil como en la educación primaria o secundaria), gira mayoritariamente alrededor de dos temáticas centrales, que nosotros  estamos llamando aprender y participar.

Progresar hacia formas de trabajo más inclusivas pasa, por lo tanto, por ser capaces de promover y mantener procesos de aprendizaje y participación de todos los alumnos al máximo nivel de rendimiento (progreso) y bienestar posible, respectivamente. A nadie se le escapará que se trata de una tarea casi interminable e ingente, pues estamos hablando de la esencia del trabajo del profesorado. Es por ello que, en este módulo, sólo revisamos algunos conceptos básicos y algunas estrategias necesarias para poderlos implementar  de la forma más eficiente posible.

Empezaremos por recordar lo esencial de la perspectiva necesaria frente a los procesos de enseñanza y aprendizaje y que, a nuestro juicio, es la llamada concepción o perspectiva constructivista del aprendizaje y la enseñanza (Coll, 2001). En segundo lugar nos centraremos en el análisis de lo que vamos a denominar condiciones para la mejora del trabajo en el aula, siguiendo el trabajo de Ainscow (2001) y que, en parte, son semejantes a las condiciones que hacen posible los procesos de mejora. Finalmente nos detendremos a revisar  diferentes sentidos que tiene para nosotros el concepto de «participación», enmarcándolos en el contexto del papel crítico que tienen para el propio proceso de aprendizaje los procesos de atribuir «sentido» a dicho aprendizaje. Esta actividad enlaza intrínsecamente con el papel de la motivación, las emociones y las relaciones afectivas en el seno de las actividades escolares. En uno y otro caso estaremos llamando la atención sobre ámbitos de intervención y mejora que, de incidir sobre ellos,  nos llevarán de la mano, poco a poco, hacia formas de enseñar y aprender más inclusivas.