Productos complejos

Abanico con productos no complejos: renta fija, renta variable y fondos; y productos complejos: derivados, CFD, fondos de inversión libres;
Finanzas para Todos - CNMV (CC BY-NC-SA)

Muchos productos de inversión son considerados “complejos” lo que implica la necesidad de poseer un alto nivel de conocimientos para valorar los riesgos que comportan o conocer sus características. La gestión y seguimiento de estos productos a menudo requieren tiempo de dedicación. Por estas razones, algunos de estos productos no son adecuados para todo tipo de clientes y la inversión solo debería realizarse si el cliente tiene  conocimientos y experiencia suficientes para comprender sus características y riesgos.

Los riesgos de los productos compejos

Los productos híbridos son aquellos que, por su naturaleza, no pueden clasificarse como renta fija, ni tampoco como renta variable, teniendo aspectos asimilables a ambos. Los principales productos de este tipo son las participaciones preferentes y las obligaciones y bonos convertibles y/ canjeables.

Los productos derivados son instrumentos financieros de riesgo elevado cuyo valor deriva de la evolución de los precios de otro activo, denominado “activo subyacente”. El activo subyacente puede ser muy variado: una acción, una cesta de acciones, un valor de renta fija, una divisa, materias primas, tipos de interés…

  • Futuros
  • Opciones
  • Warrants
  • Certificados
  • Contratos de compra-venta de opciones
  • Contratos por diferencias (CFD)

Para más información sobre los productos derivados, consulta la Sección del Inversor de la CNMV.

Los productos estructurados consisten en la unión de dos o más productos financieros en una sola estructura, siendo lo más habitual un producto de renta fija más uno o más derivados. Estos productos son de carácter complejo y cuentan con elevado riesgo.

Fuentes:

Sección del Inversor de la CNMV.