Es aconsejable que después de la actividad, el profesorado implicado en la misma contemple su evaluación, para considerar su incidencia, tanto a nivel individual como grupal, prestando atención a aspectos como la participación, los aprendizajes adquiridos, el valor de las interacciones, el papel de la moderación, etc.
Con cierta regularidad y en el caso de que hayan participado también personas voluntarias, se puede plantear una evaluación con ellas, de forma que se intercambien las impresiones de la experiencia, los aprendizajes y retos.