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En el contexto de la lectura actual, la información se nos presenta en diferentes formatos:

Libro abierto

Fuente: Pixabay - Comfreak

Haciendo un pequeño análisis de los materiales en relación a la práctica lectora, encontramos:

Las obras de ficción y de no ficción para niños y jóvenes se presentan hoy en diferentes formatos, aunque el impreso sigue siendo aún mayoritario.

La narrativa es el género que cuenta con una mayor producción en el panorama editorial. La poesía y el teatro son géneros más minoritarios en la producción actual para niños y jóvenes.

El álbum es una tipología muy interesante, principalmente dirigida a los más pequeños, pero no solo a ellos. El cómic es otro tipo de libros ilustrados que, como los álbumes, presenta una narrativa secuencial. Para los más pequeños no existe una clara producción de cómic, pero sí obras que utilizan elementos característicos.

En cuanto a las obras de no ficción, el abanico de fuentes informativas es muy amplio, adaptadas a las necesidades y a los conocimientos de los lectores en función de su edad.

Todo ello disponible en formato impreso, pero también en formato audiovisual y en línea.

En este sentido, el auge y la rápida expansión de dispositivos móviles como los smartphones y las tabletas, y su consideración como un instrumento didáctico versátil, han puesto en un primer plano de la actualidad el variado mundo de las aplicaciones. Los cambios en la tecnología y la concepción de los diseños interactivos de los materiales han facilitado el desarrollo de propuestas especialmente dinámicas:

  • El texto ha ido perdiendo importancia a favor de la imagen y el sonido.
  • El protagonismo del medio audiovisual es tan grande que la necesidad de grafismo desaparece completamente.
  • El discurso gráfico continuo se va transformando a lo largo del tiempo.
  • El diseño interactivo, como proceso creativo intrínseco, diferencia a los productos multimedia.

Aún así, continúan creándose muchos materiales que mantienen una concepción basada en las publicaciones impresas.

¿Qué elementos se han de valorar en la selección de una lectura?

 Niños leyendo

Fuente: Pixabay - Jutheanh 

Estas y otras preguntas están presentes cuando nos ponemos a valorar una lectura:

  • La calidad: ¿qué es una buena lectura?
  • Los valores: ¿qué aporta al lector? Valorar la adecuación al destinatario, tanto en su contenido como en la forma, y el grado de interactividad que ofrece.
  • El itinerario de aprendizajes que ofrece: ¿en qué sentido contribuye a la formación del lector?
  • La relación entre el texto y otros elementos: la imagen, el sonido, vídeos, enlaces internos y externos,...
  • La opinión de los lectores: ¿qué les gusta?
  • Los Responsables y propósito: ¿Quién está detrás de sus contenidos? ¿Cuál es la intención del recurso?
  • La Estructura y organización: Distribución de contenidos, Navegación por secciones: botones, páginas de datos, enlaces, etc.

Cierto es que no hay una receta para determinar cuáles son las propuestas recomendables y cuáles no, cada una es un material particular y original a los ojos del mediador, que ha de determinar qué elementos considerar con el objetivo de orientar al lector (niño, joven, etc.) para apoyarlo en el acto de selección, que se realiza en función de cuestiones más específicas (gustos e intereses personales, objetivos curriculares, programas de didácticos, etc.).