Introducción

4. Identidad digital

La identidad digital es todo aquello que nos identifica en Internet y, por tanto, nos define. A medida que utilizamos diferentes herramientas, redes sociales, sistemas de mensajería, etc., cada uno de nosotros va dejando un rastro que es visible por cualquiera con acceso a un buscador o a nuestros perfiles en redes.

Este rastro lo forman los comentarios que hayamos realizado en páginas web (por ejemplo, comentando un producto que hemos comprado), mensajes escritos en una red social como Twitter o Facebook, fotos y comentarios en redes como Instagram y un largo etcétera. 

La mayoría de todo aquello que hacemos a través de medios digitales deja alguna huella reconocible y rastreable por otros. En el mundo analógico, aquel que discurre al margen de las redes, la huella que dejamos también nos define y caracteriza como personas. Cuando hablamos, escribimos o simplemente salimos cada día a la misma hora de casa, estamos dando información a los demás. Información que podrán captar o no de primera mano dependiendo de la atención que pongan o que tengan por nosotros. Esta realidad de nuestros actos suele definirnos tal como somos a no ser que estemos actuando o mintiendo por sistema en aquello que hacemos y decimos. Esta segunda posibilidad es mucho más frecuente en el mundo digital que en el analógico. El hecho de que podemos controlar fácilmente aquello que los demás ven de nosotros hace que se puedan dar casos de perfiles falsos o, siendo verdaderos, perfiles que ofrecen una imagen diferente a la realidad. Esta es la base para muchos de los engaños que encontraremos en las redes sociales y contra los cuales hemos de estar prevenidos los adultos y muy especialmente los menores.