El simple hecho de estar leyendo esto ya indica que se está en posesión de un acceso digital. Es lo que podríamos llamar un “principio antrópico digital” que nos puede hacer creer que el acceso es universal. Nos movemos por él y podemos tener la falsa idea de que así es para todos, pero no siempre es así.
Precisamente el hecho de que más del 90 % de los jóvenes esté conectado hace que aquellos que no lo están puedan sufrir las consecuencias de su ausencia como la falta de comunicación con los compañeros, el grupo de estudio o la dificultad para obtener información. Debe tenerse especial cuidado con aquellos que, por motivos económicos o de otro tipo, no dispongan de un acceso fácil a la Red, aún siendo una minoría.
Otro aspecto a tener en cuenta es el dispositivo que se utiliza. No es lo mismo estudiar una presentación de clase o un texto electrónico desde la pantalla de un pequeño móvil que desde una tablet o un ordenador. En cierto sentido, no disponer de un dispositivo adecuado es equivalente a no disponer del acceso a Internet, ya que para trabajar es necesario poder hacerlo con comodidad y durante periodos prolongados. Con un móvil lo único que conseguiremos es resolver dudas puntuales, porque su incomodidad hará que se reduzca también el tiempo de consulta.
Aunque el alumno disponga de un ordenador o una tablet donde pueda trabajar cómodamente, perderá una gran parte de su eficacia si el profesorado no es capaz de adaptar sus clases a los nuevos tiempos. Aprender a manejar lo digital no es solo recibir consejos o clases sobre ello, sino sobre todo, usarlo en el día a día, con normalidad y no de modo exclusivo. A veces, por efecto de lo nuevo y la ilusión del profesorado, se cae en el extremo contrario y todo se hace a través de medios electrónicos, muchas veces forzando las herramientas y la metodología empleada sin causa que lo justifique. Un buen aprendizaje consistirá, sin duda, en el uso equilibrado, huyendo de todo lo que sea exclusivamente analógico o exclusivamente digital.
El acceso también se puede ver impedido en más de una ocasión por la dotación escasa de los Centros, donde el material es ya antiguo y obsoleto, también por las normas excesivamente restrictivas para su empleo o la forma poco eficiente en la que hay que hacerlo, lo que echa para atrás a más de un docente que utilizaría los medios, pero no lo hace por la dificultad que supone.
Así pues, los equipos directivos de los Centros Educativos deben poner especial atención tanto en la formación de sus profesores como en la accesibilidad de los medios que disponen. Ideas y proyectos magníficos pueden fracasar por una planificación pobre o defectuosa.
La facilitación del acceso a Internet de los niños y niñas tiene tanto una dimensión particular, en cuanto a los dispositivos que usa a nivel particular como una educativa, respecto a los medios que ponemos a su disposición en las aulas. Para que puedan convertirse en ciudadanos digitales con efectividad debemos comprometernos y asegurarnos que nadie queda fuera del acceso digital.
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