2.1. Explicaciones sobre el fracaso escolar del alumnado gitano

2.1.3. Necesidad de una explicación sistémica y con altas expectativas sobre el alumnado gitano

6. Tres testimonios personales de superación gracias al apoyo del profesorado

6.1. EL TESTIMONIO DE ALBERT CAMUS

Albert Camus (1913-1960) era hijo de padre emigrante, que murió en la Primera Guerra Mundial y de madre española analfabeta y casi muda, creció en un barrio periférico de Argel, rodeado de miseria... ¿Cómo llegó a ser un gran escritor? En su libro póstumo El primer hombre (1994) explica que la clave que hizo posible su continuidad y su éxito en los estudios, además del cariño y lucha de su madre, fue su maestro de la escuela, y señala reiteradamente que si no hubiera sido por él no hubiera seguido estudiando. Un maestro que se implica especialmente con los huérfanos y los pobres, que une afecto y exigencia, que infundía pasión por la lectura y por los aprendizajes, que consideraba prioritario el que sus alumnos fueran bien preparados académicamente al instituto, que fue a hablar con la familia a su casa y les convenció de que su hijo era inteligente y valía para estudiar y que sería una pena que no continuara estudiando, que realizaba clases de apoyo al estudio extra-escolares… y, por todo ello, le proporcionó la ocasión de salir de la "desconfianza resignada con respecto a la vida" a la que le destinaba su pobreza y posibilitó el desarrollo de "una personalidad multiforme" que, sin olvidar sus raíces y su gente, le permite abrirse a nuevos conocimientos y perspectivas.

6.2. DANIEL PENNAC: “MAL DE ESCUELA”

El profesor y novelista francés Daniel Pennac narra en su libro “Mal de escuela” (2008) que él era un pésimo estudiante y que si no abandonó los estudios fue porque, cuando estaba a punto de “tirar la toalla”, hubo algún profesor que “lucho” por él y le hizo pensar que valía y podía.

El verdadero reto de nuestro sistema educativo es cómo ayudar a los alumnos en riesgo de quedarse ‘descolgados’ (y que han interiorizado que son unos inútiles en el campo académico). A los que estamos tentados de tachar como indolentes, imposibles, carentes de base… y de verlos como sujetos a los que hay que analizar para desvelar las abrumadoras causas que les han llevado a esa situación, y de rehuirlos porque “no estamos formados para ellos”, “no tienen nivel”, “no se esfuerzan”, “sus padres no valoran la educación”, y, en definitiva, de estigmatizarlos –máxime si son de clases sociales populares o de minorías– como “zoquetes emblemáticos” y hasta “peligrosos”. Un buen profesor es el que se rebela contra los estereotipos y derrotismos, se replantea su práctica docente y se esfuerza, día a día, por empatizar con ese alumno que ha asumido su condición de fracasado, e intenta transmitirle pasión por el saber y confianza en sí mismo (hacerle sentirse capaz). Guardémonos mucho de subestimar lo único sobre lo que podemos actuar personalmente y que además data de la noche de los tiempos pedagógicos: la soledad y la vergüenza del alumno que no comprende, perdido en un mundo donde todos los demás comprenden. Solo nosotros podemos sacarlo de esa cárcel, estemos o no formados para ello. Los profesores que me salvaron -y que hicieron de mí un profesor- no estaban formados para hacerlo. No se preocuparon de los orígenes de mi incapacidad escolar. No perdieron el tiempo buscando sus causas ni tampoco sermoneándomeEran adultos enfrentados a chicos en peligro. Se dijeron que era urgente. Se zambulleron. No lograron atraparme. Se zambulleron de nuevo, día tras día, más y más... Y acabaron sacándome de allí. Y a muchos otros conmigo. Literalmente nos repescaron. Les debemos la vida. […] No lo consiguen siempre […] Pero lo intentamos, al menos lo hemos intentado. Son nuestros alumnos.

6.3. JOSÉ HEREDIA MAYA: “EL QUE CONFÍEN EN TI, TE OBLIGA”

¿Qué te ayudó a proseguir tus estudios, siendo gitanos y de una familia humilde?, se le preguntó en el coloquio de su charla en las XV Jornadas de Enseñantes con Gitanos (1996), y respondió: El que confíen en ti, te obliga Y, después de esa frase-resumen, comentó más pormenorizadamente los factores que le hicieron sentir que se confiaba en él y que le dieron alas para seguir estudiando, a pesar de que nadie de su entorno familiar hubiera estudiado:

  • Tuvo un buen maestro en su pueblo, que le transmitió afecto unido a exigencia y que cuando llegó la hora del ir al IES a la capital (y cuando él pensaba ya dejar de estudiar) le insistió en que siguiera estudiando e incluso le siguió apoyando en sus estudios por las tardes.

  • Familia que le apoyó “a posteriori”: al ver que el maestro insistía que valía para estudiar y que sería una pena que no continuara estudiando y al comprobar los buenos resultados que iba logrando su hijo en los estudios.

  • No segregación: No he sido un gitano suburbial; su familia no tenía grandes ingresos, pero era una más del pueblo. Y al colegio fue con los demás chicos y chicas de su edad del pueblo.

  • Contó con una beca para la adquisición de libros.

  • La constatación del éxito: el ir viendo que, curso a curso, siempre le fue bien en los estudios.

… Todos estos factores contribuyeron a que fuera salvando las dificultades y a que se fuera fraguando un proyecto de continuidad escolar.