Sin pretender abarcar un análisis integral incluyendo todos los aspectos tecnológicos susceptibles de influir en cuestiones educativas podemos citar, por ejemplo, la conectividad como un factor elemental que influye directamente en las posibilidades de nuestro diseño metodológico. La red o Internet se encuentra presente en la mayoría de momentos a lo largo de nuestra actividad cotidiana y su tendencia de evolución es imposible de predecir (Gómez, Ferrer y Herrán, 2014). Además, el dominio en el manejo de las herramientas tecnológicas por parte de los más jóvenes, con finalidades como la búsqueda de información para la resolución de problemas, se encuentra cada vez más instaurado (Ruiz-Palmero, Sánchez y Gómez, 2013).
No obstante, estamos muy lejos de ser capaces de asegurar que nuestro alumnado, de manera generalizada, dispone de la infraestructura y condiciones necesarias para estar conectado a Internet de manera constante. Soto-Varela, Sanz y Boumadan (2020) demuestran que, en España, no todas las comunidades autónomas gozan de la misma calidad de conexión, habiendo diferencias significativas dependiendo de la región en la que se ponga el foco. Esto supone un hándicap en el desarrollo de una secuencia didáctica mediada por tecnología en el aula. Trasladándonos al ámbito familiar, Varela (2019) remarca que la principal causa que ubica a España como uno de los países con la brecha digital más grande de Europa no tiene que ver con el factor de la falta de acceso a infraestructuras de conectividad, sino con la ausencia de interés, las escasas habilidades digitales y la dificultad de asumir el coste tanto de la conexión como del hardware y el software.
Este contexto nos lleva irremediablemente a tener que reflexionar sobre factores como la sincronía/asincronía. Veamos brevemente en qué consisten:
Tomar una decisión sobre el grado de sincronía no sólo tiene que ver con el contexto familiar de los alumnos. El enfoque metodológico y el contenido de mi planificación curricular desempeñan también un papel determinante en la toma de decisiones en este nivel. Dependerá de las dinámicas de trabajo con el alumnado, la necesidad de situaciones de conexión síncrona y asíncrona.
Mientras que un enfoque metodológico de tipo Marco Digital o BreakOut Edu (se detallarán en siguientes secciones) requeriría un menor nivel de sincronía, un enfoque de tipo Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP, se detallará en siguientes secciones)
nos invitaría a un escenario de mayor grado de sincronía. Esto es debido a la necesidad de seguimiento que generan las dinámicas pedagógicas características de los enfoques de proyecto. Veamos una breve aproximación a la estructuración de trabajo
en un ABP (Kilpatrick, 1916):
En un Marco Digital o BreakOut, la sincronía se reduce a momentos determinados en los que el docente considere oportuno intervenir, por las características del propio desarrollo de la experiencia. Estos empaquetados metodológicos comparten una característica común y permiten al alumno resolver la secuencia de aprendizaje casi con una autonomía total.
¿Cómo es la disponibilidad de acceso a Internet de tu grupo de alumnos? y ¿qué dinámicas de comunicación caracterizan a tu enfoque metodológico de aula? podrían ser cuestiones que determinen el nivel de sincronía que requiere tu propuesta y, en consecuencia, el enfoque metodológico que mejor puede adaptarse a la necesidad de trasladar tu docencia a un entorno virtual. Visto desde una perspectiva práctica y una vez realizado este ejercicio, pregúntate lo siguiente:
Apunta tu respuesta y pasa a la siguiente sección. Vamos a analizar el segundo de los pilares determinantes para la definición de tu enfoque metodológico para entorno digital… ¡Adelante!