4. Ergonomía e iluminación
Tan importante es la disposición de los elementos en el puesto de trabajo, como estar en una postura cómoda que nos permita no castigar el cuerpo:
- Adopta una postura cómoda pero no relajada.
- Coloca el teclado paralelo al borde de la mesa y no hagas uso de las patas posteriores de éste, es decir, no lo inclines.
- Coloca las manos para trabajar sobre el teclado sin forzar las muñecas, apoyando ligeramente los antebrazos sobre la mesa y alineándolos con la muñeca y la mano.
- Utiliza un ratón adaptado a la medida de tu mano y asegúrate de tener el espacio necesario para moverlo sin desviar la muñeca y apoyando el antebrazo, la muñeca y la mano.
- La posición de la cabeza y la barbilla debe ser erguida; no inclines la cabeza para ver las pantallas. Adapta el ángulo de la pantalla a tu visión colocando la parte superior de ésta a la altura de los ojos y a una distancia de entre 60 y 80 centímetros de ti.
- Utiliza una silla adaptable en altura y apoya los pies correctamente en el suelo, sin cruzar las piernas, para que circule correctamente la sangre; si es necesario utiliza un reposapiés.
Éstas son algunas observaciones a tener en cuenta. Además, otra recomendación importante es: escucha a tu cuerpo; tú mismo notarás cuándo necesitas modificar la postura y adoptar una ergonomía más apropiada y saludable.
No obstante, la ergonomía no es el único factor que determina nuestra salud en el trabajo:
- Una iluminación inadecuada fuerza la vista y disminuye nuestro nivel de concentración.
- Los brillos o reflejos en la pantalla perjudican nuestra vista.
Para evitar estas circunstancias debemos:
- Asegurarnos de que la iluminación de nuestro espacio de trabajo sea la adecuada; el nivel mínimo recomendable para la lectura y escritura de documentos escritos y para otras tareas habituales de oficina, es de 500 lux.
- Ajustar el contraste del monitor.
- Colocar la pantalla perpendicularmente a la ventana e inclinarla para evitar los reflejos de la luz del sol.
- Realizar pausas visuales breves, de unos 20 segundos, cada 20 minutos.
Recuerda:
Cuando no observamos estos principios básicos, enseguida notamos molestias en espalda y cuello, fatiga mental, cansancio, tensión e incluso dolor. Detente de nuevo y piensa en tu postura y en la iluminación del puesto de trabajo.