Riesgos de Internet

3. Ciberbullying escolar

Algunas veces se utiliza el término ciberbullying como un término exclusivo para indicar acoso entre escolares y se reserva la palabra ciberacoso, es decir, su traducción al español, para el que se produce entre adultos. Dado que usar el mismo término para indicar dos procesos distintos, según el idioma que se utilice, es muy confuso, hemos utilizado los términos, ampliamente aceptados, ciberbullying y ciberacoso como sinónimos del acoso producido por medios electrónicos en general y para indicar el acoso entre los menores de edad hablamos de Ciberbullying (o ciberacoso) escolar, a veces también se llama ciberacoso académico.

El ciberacoso escolar es probablemente uno de los problemas a los que se enfrenta un mayor número de menores. La búsqueda de la pertenencia al grupo en contraposición a los demás hace que en algunas ocasiones se tomen niñas o niños como un objetivo al que atacar por cualquier diferencia o suceso que sirve como excusa para el acoso. Igual como sucede con el grooming, es un problema viejo que ha adquirido una nueva dimensión debido a la irrupción de Internet en la vida de los niños.

La Guía legal sobre Ciberbullying y Grooming del INTECO lo define como:

“el uso y difusión de información lesiva o difamatoria en formato electrónico a través de los medios de comunicación como el correo electrónico, la mensajería instantánea, las redes sociales, la mensajería de texto a través de dispositivos móviles o la publicación de vídeos o fotografías en plataformas electrónicas de difusión de contenidos.”

El siguiente vídeo de Pantallas Amigas nos ayuda a visualizar y comprender el tema:



Características del ciberacoso:

  1. Acusaciones y publicaciones falsas. Los acosadores intentan dañar la reputación del acosado difundiendo falsedades e intentando poner a la gente contra él o ella. Normalmente a través de las redes sociales o grupos de programas de mensajería como WhatsApp.
  2. Se busca asustar y aterrorizar a la víctima. Normalmente, a través de mensajes privados como WhatsApp, correo electrónico, redes sociales, etc.
  3. Recopilación de información sobre la víctima. Los ciberacosadores pueden espiar a los amigos de la víctima, su familia y compañeros de trabajo para obtener información personal. 
  4. Manipulación del entorno de la víctima. Pueden enviar regularmente correos difamatorios al entorno de la víctima para poder manipularlos.
  5. Pérdida de la privacidad. El acosador que traslada a Internet sus insultos y amenazas puede hacer pública la identidad del acosado, incluso facilitando en algunos casos su teléfono y otros datos personales para que otros se unan al acoso.
  6. No existe un propósito legítimo. O sea, que el acoso no tiene un propósito válido, aunque algunos acosadores están persuadidos de que tienen una causa justa para acosarlo, normalmente creen que ha cometido un error y que debe pagar por él.
  7. Repetición. El ciberacoso se caracteriza por no ser un hecho aislado, sino que los ataques a la persona se producen de forma reiterativa.

La Fundación ANAR (Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo) elabora cada año desde 2016 un informe exhaustivo sobre los casos atendidos por ellos. Resumimos a continuación algunos datos importantes hechos públicos en 2018 a través del III Estudio sobre el acoso escolar y ciberbullying según los afectados.

Perfil del acosado/a

  • La edad media a la que se inicia el ciberacoso es de 12.2 años, siendo los casos de menos de 10 años inferiores al 15 %. La edad media de los acosados es de unos 13 años.
  • Casi dos tercios son niñas (65.6 %) y un tercio, niños (34.4 %).
  • El rendimiento escolar no parece especialmente relevante, aunque hay predominancia de rendimiento alto (30.6 %) y medio (41.6 %) frente al bajo (27.8 %).

Perfil del acosador/a

  • Actúan como acosadores solo niños el 46.7 % de las veces, solo niñas el 23.3 % y de ambos sexos el 30 %.
  • El 70 % son mayores de 12 años y su edad media es de unos 14 años.
  • En el 94.4 % de los casos son de la misma clase que el acosado.
  • En cuanto al número de acosadores es de uno, en el 25.9 % de los casos, de dos a cinco en el 55.5 % y más de cinco en el 18.6 %.
  • En el 49 % de los casos, alguno de los acosadores había sido amigo de la víctima.

Tipos de ciberacoso

En cuando al medio utilizado, el teléfono móvil supone el 93 % de los dispositivos usados y la tablet u ordenador el resto. El medio preferido a través del móvil es por WhatsApp (76 % de las veces) seguido de otras redes sociales.

Fundación ANAR y fundación MUTUA MADRILEÑA. Tipos de agresión según el III Informe de Prevención del Acoso Escolar en Centros Educativos en Tiempos de Pandemia 2020 y 2021

Todos estos datos nos permiten hacer una idea bastante exacta de cómo se produce el ciberacoso que empieza en los últimos cursos de primaria pero es máximo en 2º y 3º de la ESO, teniendo lugar principalmente en chicas, aunque también chicos, a través del móvil y por compañeros de su clase. A diferencia del grooming, donde el acosador conoce al menor por el rastro que deja en Internet, con el ciberbullying no sucede lo mismo, ya que este se suele dar a partir de sus propios compañeros de clase, con los que seguramente tendrá contacto a través de redes sociales, algo que está totalmente dentro de la normalidad. Al no poder permanecer al margen de sus acosadores, da igual si la víctima se conecta o no, puesto que la cercanía de los acosadores le hará sentir a través de los amigos sus efectos, es un problema más difícil de controlar por el menor, aunque si se siguen los cauces apropiados se conseguirá una pronta solución sin secuelas, al menos no de importancia.

Prevención del acoso

Como en el grooming es muy importante el diálogo con los hijos y la información, también desde la escuela. Es importante que conozcan:

  • Comportarse con educación en la Red. 
  • No facilitar datos personales.
  • Que ante cualquier problema pueden acudir a los adultos, padres o profesores, para exponerles lo que les está sucediendo a través de la red.
  • Aun cuando tengan sus perfiles restringidos a sus amigos de la vida real, normalmente los amigos del colegio, no deben publicar fotos o comentarios que sean susceptibles de causar problemas por parte de otros no muy bien intencionados. Hay que ser prudentes y no publicar nada que no expondríamos también en el tablón de anuncios de la clase.
  • En ocasiones se comparten nombres de usuario y contraseñas con amigos y amigas, es algo que NUNCA debe hacerse. Los datos de inicio de sesión de las cuentas personales deben ser conocidas únicamente por sus dueños. Lo que ahora es amistad puede cambiar rápidamente con un malentendido y un enfado y convertirse en una suplantación de personalidad que toma posesión de una cuenta de la víctima para hacerle daño.
  • Como norma general, no hacer en las redes lo que no se haría en persona
  • Por parte de los padres es aconsejable supervisar la actividad realizada por sus hijos de forma que se sientan acompañados. Esta supervisión ayudará a detectar conductas de riesgo, así como a localizar posibles acosadores.

Si se produce el ciberbullying

  • No contestar a las provocaciones, ignorarlas. 
  • Advertir a los acosadores de que lo que hacen es un delito.
  • Guardar capturas de pantalla de cualquier evidencia de acoso.
  • Ante cualquier problema, el menor debe avisar a sus padres o profesores.
  • El siguiente paso, una vez avisado el centro escolar y si no se ha conseguido solucionar, deberá ser denunciado ante la policía.

Para saber más

Estrategias en la familia

  • Estar atentos a los cambios de comportamiento de nuestros hijos con la finalidad de poder detectar problemas como el ciberbullying. Siempre que se produce un acoso escolar se producen cambios de conducta, especialmente en relación con la escuela y los amigos.
  • Mantener un diálogo constante con los hijos y estar enterados de sus preocupaciones. La confianza es el mejor preventivo para que los padres puedan estar al tanto.

Estrategias en la escuela

  • Desde la escuela debe haber una especial sensibilidad en relación con el acoso, ya que esta suele ser su origen. Observar el comportamiento en la hora del recreo y en los cambios de clase puede ayudar a detectar posibles casos. También existen programas informáticos, técnicas para realizar en clase y encuestas que permiten detectarlo (ver apartado: para saber más).
  • Hay que supervisar aquello que hacen los alumnos y alumnas cuando están trabajando con los ordenadores, no dejarlos a su aire. Véase por ejemplo el artículo: Google Docs, el último juguete para ejercer ciberbullying sin que lo parezca.