Maite Alvarado (1953-2002), autora, con la Pampillo, de Taller de escritura, con las manos en la masa, busca para sus talleres un mayor trabajo sobre la lengua y el conocimiento que requiere la invención. Lo llama “escritura de invención” en vez de “escritura creativa”. Vuelve a Rodari: «El arte de inventar historias tiene su gramática y esta puede ser objeto de enseñanza y aprendizaje a través de la escritura y lectura de textos de ficción».
La invención, dice, no es una creación de la nada, sino una práctica que permite al escritor descubrir los materiales más adecuados para escribir: «Esta práctica de la invención habita a cada persona que descubra en su propia experiencia cultural los materiales que pueden servirle para abordar el problema que la consigna de trabajo plantea». Alvarado piensa como destinatarios de su didáctica en niños y adolescentes sobre todo, que juegan, que usan su imaginación. Recupera la importancia del juego para adquirir conocimientos nuevos.