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OuLiPo

En las vanguardias encontramos por primera vez el aspecto lúdico en la escritura: por ejemplo, los juegos dadaístas (con Tristan Tzara), la escritura automática (con André Breton), los caligramas (con Apollinaire) o los cadáveres exquisitos de los surrealistas. OULIPO es su prolongación.

Fue fundado en 1960 por François Le Lionnais, un matemático fascinado por la literatura, y por Raimond Queneau, aficionado también a la lucubración aritmética. De este grupo surge la idea de escribir partiendo de restricciones, contraintes, que obligan a escribir condicionados por una dificultad pactada previamante. Escriben:

Toda obra literaria se construye a partir de una inspiración (…) obligada a acomodarse, mejor o peor, a una serie de coerciones y procedimientos contenidos unos dentro de otros como muñecas rusas. Coerciones como el vocabulario y la gramática, como reglas de la novela (división en capítulos) o de la tragedia clásica (regla de las tres unidades) coerciones de la versificación general, coerciones de las reglas fijas (soneto), etc.  

Con esta premisa, se dedicarán al descubrimiento y estudio de posibilidades inéditas. Según ellos mismos, OULIPO no sería un movimiento literario, ni una escuela teórica, sino un grupo de investigación de literatura experimental cuyo propósito es proporcionar formas literarias susceptibles de promover craciones novedosas. «Llamamos literatura potencial –precisa Queneau– a la búsqueda de formas, de estructuras –por emplear esta palabra que es un poco docta– de estructuras nuevas que además puedan ser utilizadas por los escritores de la forma que les plazca».

Como ejemplo, en sus Ejercicios de estilo (1949), Queneau escribe 99 versiones de un único texto, para ofrecer un muestrario de los diversos registros comunicativos que van desde lo vulgar a los lenguajes técnicos, recorriendo con mucho humor y sarcasmo los distintos registros literarios.